



Esta exposición, comisariada por Isabel Tejeda, se ha construido como un espacio que permite revisar parte de nuestra historia del arte reciente poniendo en evidencia que sus relatos pueden ser contados desde otras perspectivas; unos lugares que, lamentablemente y de forma mayoritaria, se situaron por parte de la historiografía en la marginalidad y el olvido. Aunque faltan muchas creadoras que no pueden estar representadas en una exposición de gabinete como es esta, lo relevante es que se ofrece como un primer apunte para proyectos venideros.
Todas las artistas de esta muestra fueron abstractas y abrazaron a lo largo de toda o parte de su trayectoria la geometría. Reúne a aquellas que han mantenido una visibilidad más o menos continuada, como Elena Asins, Soledad Sevilla o Aurèlia Muñoz, junto a otras que están despertando gran interés en las exposiciones retrospectivas o de tesis a nivel nacional, como Jacinta Gil, Pepa Caballero, Ana Buenaventura, Lola Bosshard o Inés Medina -estas tres últimas han centrado la atención de la galería José de la Mano en los últimos años-. Otras son, sin embargo, casos muy poco estudiados, como la obra de los años 60 y 70 de Elvira Alfageme, María Droc, Amparo Cores, o Angiola Bonanni -de estas la única en activo-.