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ARCOmadrid 2020, armonía, sobriedad y optimismo

La trigésima novena edición de la feria, que podrá visitarse en IFEMA hasta el 1 de marzo, rezuma optimismo tras las buenas ventas del año pasado, mantiene su apuesta por uno o dos artistas por stand y ofrece un recorrido armónico y pausado que permite profundizar en el trabajo de cada uno de los creadores representados.

Más galerías, más sobriedad y más optimismo. Todo parece haber aumentado en ARCOmadrid 2020 salvo una cosa: el número de artistas (que se reduce, a cambio de multiplicar los trabajos expuestos de cada uno de ellos). Precisamente porque son los verdaderos protagonistas de la feria, en esta ocasión vamos a poder encontrar sus nombres escritos junto al de las galerías que les representan. Chillida, Julien Opie, Túlio Pinto, Plensa, Vasconcelos, Miller Lagos, Ariel Schlesinger o Regina José Galindo son algunos de ellos.

Cerca del 40% de los participantes –209 frente a los 203 del año pasado– ha decidido apostar por un único artista, como mucho dos, para mostrar en su espacio. Eso significa que el número de obras expuestas por cada creador aumenta considerablemente, lo cual permite al visitante conocer mejor el estilo y la evolución de cada uno de ellos.

Al mismo tiempo, ofrece un recorrido por los pabellones 7 y 9 de IFEMA más tranquilo y sosegado, también más armónico por la unidad de las piezas. Se trata, por tanto, de la edición más concentrada de la feria, que desde hace unos años se ha esforzado por liberarse de los excesos provocadores y se ha vuelto más comedida, más seria y más sólida.

La fórmula parece que funciona. Pues 2019, último bajo el sello de Carlos Urroz, culminó con los mejores resultados de la década, tras unos años de crisis. Decíamos entonces que se trataba de una edición de transición, en la que Urroz cedía el testigo a Maribel López. Lo cierto es que ahora la comisaria y exgalerista catalana se estrena en solitario como directora de ARCOmadrid, con el fecundo legado de su sucesor y las expectativas altas como principales reclamos.

Ese ambiente optimista se ha dejado sentir por los pasillos durante los primeros días de la feria, en la que ya se han producido las primeras ventas (la Fundación María Cristina Masaveu, por ejemplo, compró en Juana de Aizpuru y en la galería Senda). De momento, ayer miércoles se veía mucho movimiento de obras: unas abandonaban las paredes y los suelos para ser guardadas con papel de burbuja, previsiblemente vendidas –como una pieza de Aurelia Muñoz en José de la Mano– y otras lucían puntos rojos (dando color y alegría a los stands).

Sin país invitado, pero con una sección comisariada con el sugerente título de Es solo cuestión de tiempo dedicado al autor cubano Félix González-Torres, ARCOmadrid 2020 exhibe piezas que plantean muchos de los asuntos que están presentes en nuestra sociedad: la conciencia obrera de Sandra Vázquez en Bendana i Pinel; el uso de la tecnología que hace Daniel Arsham en su instalación móvil ubicada en la galería Baró; la preocupación por el medio ambiente que nos traslada Miller Lagos desde el stand de El Mundo; y, por supuesto, la lucha contra la violencia de género que exhiben numerosos autores, desde Fernando Prats en Joan Prats y Regina José Galindo en Prometeo a las artistas presentes en Rosa Santos.

Todas estas creaciones son el mejor termómetro del panorama artístico actual. Lo mismo que la propia feria, que calibra la salud de nuestro mercado. ¡Que sigan las buenas ventas! Sol G. Moreno