Tomás García Asensio (Huelva, 1940) inauguró el pasado 15 de septiembre la exposición Formas computables García Asensio en el Centro de Cálculo 1969-1970 en la Galería José de la Mano, en Madrid.
¿Cómo plantea esta exposición?
Verdaderamente el planteamiento y la realización de esta exposición no son míos sino de José de la Mano y de su colaborador Alberto Manrique. Digamos que los mimbres son míos, pero el cesto es de ellos.
En varias ocasiones ha comentado y escrito sobre el Centro de Cálculo. ¿Sobre qué cuestiones se debería aún profundizar?
Creo que, afortunadamente, ya se profundiza en la buena dirección. En la de reconocer la importancia que para la creación artística de nuestro país tuvo la experiencia artística que en su día se desarrollara en el Centro de Cálculo.
Por todos es conocido su buen humor. ¿Recuerda alguna anécdota de aquella época?
La más graciosa que recuerdo es la ocurrida en torno a una obra de Lugán expuesta en el Centro de Cálculo: Se trataba de un circuito impreso conectado a un amplificador de sonidos que cuando alguien lo tocaba solía responder con gruñidos. Los presentes en aquella ocasión estábamos expectantes ante conducta de aquel aparato cuando se disponía a estimularlo Marina, habitual de aquel seminario, y mujer muy atractiva. No nos decepcionó aquel mecanismo, que suponíamos tan humano, porque de él surgieron potentes y emocionados gemidos.
¿Cree que la abstracción geométrica va aun a disfrutar de un largo recorrido?
Creo que sí. Mientras que no se cambie de paradigma, como cuando se pasó del arte antiguo al arte moderno, el arte geométrico seguirá renovándose ininterrumpidamente, porque comporta la expresión plástica más pura. Diría que el tiempo no pasa por esta clase de arte, o pasa muy lentamente, por ejemplo, esta exposición que nos ocupa, cuyos cuadros los pinté hace 45 o 46 años, tiene tanta frescura como si la hubiera pintado recientemente.
¿Considera que hay buenas colecciones privadas en nuestro país?
Creo que sí. Cada vez se percibe con más claridad la presencia de buenas colecciones privadas en nuestra sociedad, lo que supone una vigorización de nuestro arte. Porque no basta con que los artistas realicen sus obras, es necesario además estimular su producción, conservarlas y difundirlas, y para eso son fundamentales las colecciones privadas. Y eso es algo que afortunadamente se está dando cada vez con mayor frecuencia.
Entrevista realizada a Tomás García Asensio por Javier Martín en septiembre de 2016.