Con ‘Apertura Madrid’ llega oficialmente la nueva temporada de las galerías de arte madrileñas. Un fin de semana con tantas (y tan interesantes) actividades que necestitarás esta breve pero completa guía.
Con la novena edición de Apertura Madrid, que se celebra del 13 al 16 de septiembre, regresa el gran evento anual organizado por la asociación Arte_Madrid. Medio centenar de galerías inauguran simultáneamente sus nuevas exposiciones, en un programa que se complementa con tours guiados a los centros de arte madrileños, las rutas por las galerías de los ARCO GalleryWalks y diversos actos sociales para coleccionistas, profesionales y público en general. Como nos explica Sabrina Amrani, galerista y presidenta de la asociación, “este año esperamos que Apertura Madrid funcione por lo menos igual de bien que el pasado, cuando recibimos 36.000 visitantes y acogimos cincuenta coleccionistas y quince comisarios internacionales. Vendrán profesionales de importantes museos y centros de arte de Sudáfrica, Estados Unidos, Australia, Hong Kong o Israel. Además, este año se suma al panorama una galería extranjera, la alemana Kow, que abre sucursal en Madrid. Y por primera vez el evento se extiende hasta el domingo, cuando las galerías ya no estarán abiertas pero se ofrecerán las visitas guiadas a centros de arte. El arte cobra sentido cuando hay un espectador enfrente. Por eso Apertura celebra a estos testigos: no solo a artistas y galeristas, sino a coleccionistas o espectadores”. Esta pequeña guía resume lo que depara este año:
A vueltas con la pintura
Si para muchos arte equivale a “cuadros”, la realidad demuestra que este término ha perdido vigencia incluso si nos limitamos a hablar de pintura. Desde que se acuñó el concepto “pintura expandida” han sido muchos los artistas embarcados en esta compleja relación de adhesión y huida de las premisas pictóricas. Este año encontramos un buen ejemplo de ello con el norteamericano Matt Smoak (Galería Alegría) que, inspirado esta vez en el folclore japonés y sudamericano, utiliza prendas de ropa y objetos cotidianos para crear sus collages (anti)pictóricos. En F2 Galería, Lluís Hortalà recurre al trampantojo de los materiales con una exposición que titula irónicamente con las últimas palabras de Madame Du Barry en el cadalso revolucionario, Encore un moment, monsieur le bourreau, encore un momento (¿haciendo referencia a las días finales de la pintura antes de esa ejecución que en realidad nunca termina de llegar?). Y Kiko Pérez en Heinrich Erhhardt aborda con papel y madera las fuentes pictóricas originales del color y la geometría. Los múltiples medios de Max Brand (Marta Cervera) nos llevan también hacia esa línea.
Por el contrario, encontramos un enfoque más canónico en autores como Frank Gerritz en Xavier Fiol (radical geometrización minimalista), Miguel Hernández Mompó en Fernández-Braso (siempre entre la abstracción y la figuración, con influencias perceptibles de Paul Klee), los Black paintings de Peter Krauskopf en Álvaro Alcázar (pintura-pintura, abstracta y vocacionalmente bidimensional), Paul Winstanley en Pilar Serra (realismo que parte de la imagen fotográfica), Gabriela Bettini en Silvestre (una aproximación personal a la pintura de paisaje) o Alberto Pina en Utopía Parkway (figuración metafísica). Nico Munuera en La Caja Negra, Markus Oehlen en Juana de Aizpuru o, desde luego, el maestro venezolano Jesús Soto en Cayón (que también ofrece una gran instalación interactiva) participarían de esta misma corriente desde enfoques diversos. La veterana Soledad Sevilla, por su parte, vuelve a la Marlborough con su obra contundente y rigurosa.
Ampliación fotográfica
Pero también la fotografía se reinventa y expande, empleando distintas técnicas y soportes para ampliar sus horizontes. Esperamos con particular interés el nuevo trabajo de Alfredo Rodríguez (Espacio Valverde), del que recordamos unas fascinantes y fantasmales imágenes holográficas sobre soportes vítreos como lo más reconocible de su producción. No muy lejos podemos ubicar la utilización de la luz como elemento pictórico del brasileño Albano Afonso (Fernando Pradilla). Sergio Sotomayor (Blanca Soto Arte) recurre a la virtualidad de imágenes digitales para relacionar biología y tecnología. Y Broomberg & Chanarin (NoguerasBlanchard) opta por el montaje de fotos a la manera de cadáveres exquisitos surrealistas para reflexionar sobre la vida de la imagen en el entorno digital. Desde cauces ya muy distintos tenemos las elegantes metáforas visuales de Chema Madoz en Elvira González o la aproximación al paisaje y los lugares de Antonio Rovaldi (The Goma). Por su parte, la vertiente más performativa de la práctica fotográfica aparece en Cristina Ferrández (Puxagallery), Liza Ambrossio (Cámara Oscura) o Mar Guerrero (Formatocomodo).
Arte en movimiento
Suele decirse que el vídeo como soporte ha visto mermada su popularidad en los últimos tiempos. Y sin embargo, curiosamente, coinciden este año varias exposiciones que lo tienen como centro. En Kin, el sudafricano Mohay Modisakeng (Sabrina Amrani) reflexiona sobre el parentesco, la herencia y la violenta y dramática historia reciente de su país. Rocío Garriga discurre en torno a la barbarie y la civilización en La ley del espejo (Freijo), partiendo del bombardeo del Zoológico de Varsovia por los nazis al inicio de la II Guerra Mundial. Y la galería kow nos trae obra de los años 60 y 70 de la veterana Barbara Hammer, pionera del cine queer norteamericano de vanguardia.
A favor del diálogo
La fórmula que pasa por poner en conversación la obra de dos artistas en principio muy distintos pero unidos por algún nexo común puede deparar interesantes resultados. Hay que mencionar aquí uno de los proyectos más esperados de esta Apertura, la doble muestra de Benjamín Palencia (pintor español fallecido en 1980, cercano al surrealismo y la Generación del 27 y fundador de la Escuela de Vallecas) y Antonio Ballester Moreno (uno de los jóvenes pintores españoles actuales más reconocidos, que estos días también participa en la Bienal de Sao Paulo), que surge como consecuencia de “¡Vivan los campos libres de España!”, la reciente exposición del último de los dos en La Casa Encendida.
Las galerías Maisterravalbuena y Leandro Navarro son sus dos sedes. Parra & Romero opta por dos autoras minimalistas alemanas de distintas generaciones, de modo que la pintura monocromática de Martina Klein coincidirá con las esculturas con elementos industriales de Charlotte Posenenske. Y, también empleando la baza generacional, Federico Herrero y Joan Hernández Pijuan se reúnen bajo la batuta del comisario Miguel Cereceda en Rafael Pérez Hernando. Por fin, la italiana Lantomo y el gallego Xurxo Gómez-Chao llevan su diálogo a BAT Alberto Cornejo.
Algunos de los mejores momentos que nos deparó la última edición de ARCOmadrid provenía de sus propuestas de escultura. Precisamente, una de las galerías que destacó en ese aspecto ofrece ahora la obra de Thomas Kiesewetter, que podríamos definir como neoconstructivismo en soporte metálico pero que por su capacidad para sorprender resulta ser mucho más que eso. Guillermo de Osma presenta la obra del tótem vasco Jorge Oteiza. Los soberbios tapices de Josep Grau-Garriga (en Michel Soskine) nos remiten a la pintura informalista y al povera, pero también lucen sin complejos una intensa cualidad escultórica. Las pequeñas esculturas de cerámica de Patricia Camet (Ponce + Robles) aúnan crítica ecológica y cierto optimismo con una visión tan luminosa como corrosiva. El escaparate de Marta Moriarty continúa exhibiendo obra de artistas africanos, esta vez con el marroquí Mohamed Aredjal. Las escenográficas instalaciones que se adueñan del espacio realizadas por el dúo Beatriz Lecuona y Óscar Hernández (Lucía Mendoza) o la apropiación del lenguaje pictórico y del collage para las piezas de Pipo Hernández Rivero (NF/Nieves Fernández) participan de una clara voluntad de hibridación. Y el mexicano José Dávila regresa a Travesía Cuatro con una exposición que en galería se basa en el soporte bidimensional, pero que se expande al Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico con una espectacular instalación de esculturas en las que fragmentos de distintos materiales se superponen en imposibles equilibrios llenos de tensión.
Además de muchos de los ya citados, coinciden en esta edición de Apertura otros nombres de peso con prácticas muy variadas. Es el caso de Óscar Mariné, reconocido diseñador e ilustrador que en su faceta artística ocupa la galería Blanca Berlín. Un indiscutible es Carlos Garaicoa, artista conceptual y multidisciplinar cubano que en Elba Benítez presenta fotografía, escultura e instalaciones. Helga de Alvear acogerá a la creadora portuguesa Helena Almeida, que utiliza la fotografía como documento de sus acciones. Y, en otro orden de cosas, están Luis Úrculo en Max Estrella (en un año de actividad particularmente intensa, recientemente cerraba otra muestra en la valenciana Espai Tactel), Tito Pérez Mora en Twin Gallery (en su tercera individual en la galería de Conde Duque trata con su habitual sofisticación formal los temas de la memoria, lo borroso y el filtro del tiempo) o Carlos Irijalba (en Moisés Pérez de Albéniz).
Saludamos la iniciativa de la galería de José de la Mano de idear una exposición sobre el uso de la fotocopia en la práctica artística en los años 70, prueba de la habilidad del arte para asimilar como medios propios las herramientas tecnológicas surgidas para cubrir otras necesidades prácticas. Además, supone una buena ocasión para reencontrarnos con artistas de la época como Pere Noguera o Cláudio Goulart. En Espacio Artkunstarte, la comisaria Nasim Weiler reúne trabajos sobre la activación y la performance de autores tan diversos como Pierre Molinier, Alicja Kwade, Rebecca Horn, Donna Huanca o Franz Erhard Walther. Y en Benveniste Contemporary se muestran ediciones de Pat Andrea, Jerónimo Elespe y José Antonio Suárez Londoño, tres creadores de primera línea con un espléndido trabajo de obra gráfica en su haber.