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Lo mejor de ARCO en diez proyectos de artista

ARCO quiere dar todo el protagonismo a los artistas, pero para los visitantes es difícil encontrar propuestas de creadores concretos. Para facilitar la tarea al público ARCO cuenta con una treintena de espacios que en esta edición acogen el trabajo de Ai Weiwei, Sara Ramo, Mario Merz o Alfredo Jaar.

Escultura, pintura, fotografía o performances. En estos espacios, distribuidos en pasillos y junto al estand de las propias galerías, se puede ver una muestra variada de todas las disciplinas que se dan cita estos días en la feria. A continuación, una lista con diez de los artistas que se pueden ver en esos puntos.

SARA RAMO

La artista hispanobrasileña, maestra del site-specific (creaciones artísticas realizadas para su ubicación en un lugar concreto), ideó esta obra para la muestra La caída y otras formas de vida, expuesta en Madrid el pasado otoño.

Ahora, en el expositor de Travesía Cuatro, muestra una serie de piezas que beben de múltiples influencias y motivaciones: el teatro del absurdo, la denuncia al actual gobierno brasileño -con una lápida con pequeños bichitos- o una grieta en la pared con objetos asociados a lo femenino apelotonados, como queriendo salir.

AI WEIWEI

La galería finlandesa Forsblom se puebla de colores intensos gracias a las doce piezas que componen Zodiac, obra del artista chino Ai Weiwei, una de las más cotizadas de la feria y que, en conjunto, está valorada en casi dos millones de euros.

Peculiares cuadros hechos con figuras de Lego retratan a los animales del zodiaco chino en el que es, no obstante, un trabajo universal por el reflejo de estos símbolos globales.

ÁLVARO URBANO

Cajas que parecen de cartón, pero en realidad son de metal; hojas de una planta moribunda, también metálica, en la que no incide la luz del sol, o un radiador hecho de papel. Son algunos elementos familiares que podrían recordar tanto a una casa abandonada como a un hogar empezando a construirse.

El empleo de objetos cotidianos es clave en el lenguaje del madrileño Álvaro Urbano, que invita al público a formar parte de su obra en el estand de la galería ChertLüdde.

AURÈLIA MUÑOZ

A pesar de la lucha del arte textil por ocupar un lugar central en los circuitos artísticos, Aurèlia Muñoz, cuyo trabajo llega a ARCO a través de José de la Mano, es una de las pocas artistas españolas expuestas en la colección permanente del MOMA de Nueva York. Pionera en el arte textil y con un empleo particular del macramé, la artista catalana pretende con sus obras alejarse de la decoración y convertirlas en verdaderas esculturas textiles.

OSVALDO ROMBERG

El espacio de la galería Henrique Faria dedicado a la obra del argentino Osvaldo Romberg parece un aula de universidad en la que se estudian las gamas cromáticas.

A finales de la década de 1970, en un momento en el que al arte no le interesaba teorizar sobre el arte, Romberg realizó estudios sobre el color, conceptuales y perfectamente detallados. En su concepción del arte como una manera de entender mejor el mundo en el que vivimos, no podía sino dedicar una porción de su obra a entender también el propio arte, como parte esencial de ese mundo.

DORA GARCÍA

En 2007, con motivo del Skulptur Projekte Münster 07, Dora García, una de las artistas españolas más internacionales, se convirtió por un tiempo en Filch, protagonista de los textos The Beggar’s Opera, de John Gay, y La ópera de los tres peniques, de Bertolt Brecht. Del primero heredó el título de su obra (en español, La ópera del vagabundo), llevada a ARCO por Michel Rein.

Objetos variados de la vida cotidiana de una persona sin hogar, como libros, monedas, carteles de cartón, documentación o un carrito de la compra, forman parte de la escultura social construida por la vallisoletana. Una extensa colección material de experiencias de la vida pública recogidas en su célebre performance.

MARIO MERZ

La mayoría de las piezas del artista italiano expuestas en el estand de la galería turinesa Giorgio Persano no tienen ni título ni fecha. Son algunos de los trabajos más personales de Mario Merz, quien se inició en el arte en 1945, mientras cumplía condena en prisión por su activismo antifascista.

Máximo representante del arte povera, Merz decía que dibujaba igual que escribía, empleando elementos de la naturaleza, tanto materiales como conceptuales, por ejemplo, la sucesión de Fibonacci, como se puede ver en esta instalación formada por cuadros con espirales, caracolas o barras.

DANIEL MARTÍN CORONA

Unas figuras creadas con impresoras 3D imitan las naturalezas muertas de los bodegones tradicionales en el espacio de la galería Ángeles Baños dedicado al madrileño Daniel Martín Corona.

Una mesa de fotografía retorcida de tal forma que recuerda al sillón de una consulta médica, un láser que divide los elementos y parece una trampa de película para ladrones o una tela rígida incrustada en la pared son los otros elementos que hacen de la obra un bodegón en lenguaje contemporáneo.

NATHALIE ELEMENTO

El hogar, los objetos que nos habitan y cómo interactuamos con ellos son las líneas fundamentales de la creación artística de la artista parisina, cuya obra llega a ARCO de la mano de la galería Maubert.

Esculpidas principalmente en metal, pero también en madera, las formas minimalistas de Nathalie Elemento se presentan como una reflexión sobre el «mobiliario interior», pues para ella uno de los campos de investigación más interesantes es la propia casa.

ALFREDO JAAR

La obra del artista chileno tiene un marcado carácter político, como demuestran sus piezas Estudios sobre la Felicidad o September 11, 1973, expuestas en el estand Thomas Schulte y en las que Jaar combina diferentes disciplinas.

Tanto estos como sus otros dos trabajos presentes en ARCO son una reflexión crítica a las consecuencias y repercusiones del golpe de estado chileno en 1973, cuando parecía, según interpreta el artista, que el día 11 de septiembre se comenzaba a repetir en bucle como síntoma de la parálisis en la que se había sumido el país.