Junto al turismo, son el diseño y el arte los pilares de la economía de Marbella, una ciudad bañada por el mar Mediterráneo y con más horas de sol que ninguna otra de la Europa continental. Sus playas son visitadas cada año por la más selecto de la sociedad mundial, incluidos príncipes saudíes, estrellas de cine, futbolistas y hasta buscavidas profesionales.
Las cosas, y también las casas, se cotizan aquí en miles o millones de euros. Y esas mansiones millonarias hay que llenarlas de otros objetos no menos ostentosos. Por eso, abundan en Marbella inmobiliarias, concesionarios de coches, estudios de diseño de interiores, galerías de arte, anticuarios, joyeros, tiendas de moda, restaurantes con estrellas Michelín…
Hasta su propia Feria de Arte Contemporáneo tienen desde hace un par de años (Art Marbella), pero faltaba aquí otro evento que uniera la decoración de interiores y el arte contemporáneo con el diseño industrial y la arquitectura. Así llegamos a la primera edición de Marbella Design Fair, que tuvo lugar entre el 4 y el 9 de abril, como la primera feria internacional dedicada al diseño en España.
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Arte por Excelencias, media partner y colaborador de ambos encuentros, aprovechó esta oportunidad para regresar a Marbella y conocer de primera mano las propuestas de la veintena de expositores que han participado en esta edición, llegados de países como Estados Unidos, Francia, Italia, Suecia, Reino Unido y España, por supuesto.
Si bien esta convocatoria fue discreta en cuanto a número de países y participantes, cada uno trajo lo mejor de cada casa, desde esculturas de Jeff Koons (que solo se comercializan en Marbella), los proyectos vanguardistas de Pia Myrvold y Karim Rashid hasta muestras ya históricas como “Geometría & Plexiglás [circa 1970]”, expuesta por la galería madrileña José de la Mano.
Latinoamérica estuvo presente a través de Aerolíneas Argentinas, patrocinadores del encuentro, y de una nueva marca de marroquinería de lujo de ese país: Solantu, que mostró, principalmente, bolsos sostenibles que combinan arte y lujo. Una selección de piezas hechas a mano con pieles de caimanes “Latirostris” de su propia granja y piedras de ónix semipreciosas.
Desde Miami, Gaskell Jewrely Design puso la nota sobre la conjugación entre las piedras preciosas y los símbolos del poder, tema que trabajan desde hace cincuenta años. Aunque más que sus joyas, en el stand llamaba la atención su colección de arte, especialmente pinturas.
Luego, unos coches de tres millones de euros se robaban el protagonismo. Dos modelos únicos dentro del diseño de automóviles contemporáneo, traídos por Mario Guarnieri, también patrocinador de la cita; para los entendidos, se trataba del súper deportivo Pagani Huayra y el McLaren Spider.
A ambos lados, varios espacios dedicados a la decoración de interiores. Más lujo, acompañado por el buen gusto estético y artístico de Aalto Exclusive Design, Loani Home Interior Design y los valencianos Colonial Club, acompañados por firmas internacionales como Trussardi, Fendi y Bentley, quienes mostraron una selección de sus últimas colecciones dedicadas al hogar.
Mobiliario, alfombras, objetos cotidianos convertidos en arte por la mano del diseñador y la manufactura. Como la lámpara “Marie Coquin”, del francés Philippe Starck exhibida por la galería suiza Vertigo, o los muebles de “El Museo, apartamentos con arte”, proyecto comisariado por Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
Un concepto de turismo absolutamente inédito donde los clientes disfrutan de un apartamento en pleno corazón de Málaga, que alberga obras de arte y muebles originales de diseñadores como Le Corbusier, Jean Prouvé, Charlotte Perriand, Alvar Aalto, Pierre Jeanneret, Arne Jacobsen, Charles y Ray Eames, muchos de los cuales se han podido ver aquí.
Es fantástico como una vieja butaca de teatro, una estantería o un pupitre de hace décadas puede revalorizarse hasta el punto de ser una obra de arte y pagarse a precio de oro. Y si no pregúntenles a los anticuarios Volubilis, que recrearon en solo 100 metros cuadrados el esplendor de la Marbella de los años ´70 y ´80, con piezas selectas de esa época.
Uno de los sitios donde podía verse claramente esta simbiosis entre diseño y bellas artes era en el stand de Pia Myrvold. La artista y diseñadora noruega, que vive y trabaja en Paris, es conocida por hurgar en la arquitectura, la tecnología, el arte digital, la moda e, incluso, la danza y la música. No en vano su obra ha estado expuesta en el Pompidou francés y en el Centro de Arquitectura de Nueva York.
Su propuesta en Marbella Design incluyó pinturas de un colorido excepcional que luego lleva a prendas de vestir como chaquetas playeras y pareos de lujo, tapices para hacer yoga y alfombras para exteriores y piscinas; también arte digital, lámparas y esculturas futuristas, que se activan con la luz tropical.
En el mismo pasillo, la galería sueca Wadström Tönnheim promocionaba su nuevo espacio en la ciudad, dedicado principalmente al arte escandinavo, mientras la madrileña Lucía Mendoza exhibía una escultura de Peter Demetz, junto a una selección de la serie “Relieve”, del catalán Francisco Farreras, quien trabaja, principalmente, la madera para crear relieves y collages de pequeño y mediano formato.
Por su parte, la galería canaria Leyendecker presentó dos tumbonas KX en plexiglás, de Karim Rashid, el «diseñador industrial más famoso de toda América», según la revista Times. Aunque nació en El Cairo, Rashid es ciudadano estadounidense y allí ha desarrollado su labor: unos 3 mil diseños que decoran casas de todo el mundo.
Quizás de los excesos que el dinero puede permitir habla el proyecto “Trans Accions”, que presentó el fotógrafo Dionisio González. Tres holografías, dos maquetas y un conjunto de fotografías cuentan la historia de unas fantásticas residencias construidas a mediados del siglo XX en Estados Unidos: la casa Celan (pensada para el poeta Paul Celan) y la Casa Madeleine (por y para Madeleine Haas Russell, heredera de Levi Strauss).
Por desgracia, aquellos edificios modernistas fueron demolidos tempranamente, pero las obras de Marcel Breuer y Erich Mendelsohn siguen inspirando a arquitectos y creadores adelantados a su época, entre ellos al propio Dionisio.
Y es que en aquellos años todo era novedoso, como por ejemplo el metacrilato, un material que varios artistas españoles usaron profusamente, principalmente para acercarse a la abstracción geométrica. Ahora, algunos de aquellos trabajos, de los cuales nadie diría que tienen más de cinco décadas, han sido compilados por la galería madrileña José de la Mano, en “Geometría & Plexiglás [circa 1970]”.
Tras este recorrido, conviene una pausa en el salón vip “Radical Chic”, rodeado de las pinturas de Paula Vincenti y Nina Nolte, tomarse una cerveza artesana de La Catarina Craft Beer, mientras te relajas en los pufs de Blanca Pera Interior Design Studio, que recomiendan: “Think less. Feel more/Piensa menos. Siente más”.
O igual salir pitando sobre la Vespa de Nina rumbo a la playa más cercana… al fin y al cabo, en Marbella todo empieza o acaba en el mar, frente al Mediterráneo.