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Monika Buch, una española en la Hfg de Ulm

Monika Buch, una española en la HfG de Ulm

La Galería José de la Mano exhibe una selección de obras de la artista valenciana

Lleva más de medio siglo viviendo en la ciudad holandesa de Utrecht, pero Monika Buch nació en Valencia, allí pasó su juventud, y en 1956 se convirtió en la primera, y única, estudiante española en la prestigiosa escuela HfG. Hochschule für Gestaltung de Ulm, considerada heredera de la Bauhaus y una de las instituciones más avanzadas en cuanto a la enseñanza del diseño a mediados del siglo pasado. Se había inaugurado el año anterior, la dirigía entonces Max Bill (protagonista ahora de una muestra en el Museu March de Palma de Mallorca) y, como requisito, sus alumnos debían contar con experiencia previa en algún oficio vinculado al diseño.

Sus estudios en aquel centro, y posteriormente en la Universidad de Utrecht, donde se sumergió en los campos de la pedagogía y la psicología infantil, sirvieron a Buch para trabajar en el diseño de juguetes de la firma ADO y en el desarrollo de material lúdico y didáctico destinado a público infantil de familias desfavorecidas.

Buch se ha centrado en perfeccionar las relaciones de formas y colores en su obra, en la que trabaja a menudo con las manos y aplicando tonalidades en matices delicados sobre estructuras geométricas.

Actualmente se dedica día y noche a la pintura y considera que han sido especialmente influyentes en su producción los trabajos del profesor Hermann von Baravalle, que consideraba la geometría el fundamento del diseño; las enseñanzas de Heléne Nonne Schmit sobre teorías en torno a los colores y sobre los problemas de cromatismo y percepción planteados por Tomás Maldonado a partir de la psicología gestalt Lehre.

Precisamente era Maldonado quien impartía el curso fundamental de la HfG, el llamado “curso básico”: figura/fondo, efecto espacial, ambigüedad, exacto/inexacto o el negro como color. Tanto él como Max Bill abogaban por un “arte concreto” en el que el pensamiento matemático ocupase un lugar primordial.

Podemos decir que en la escuela se difundía un enfoque abstracto de la percepción visual prestando atención a las discrepancias entre el hecho físico y el efecto psíquico, como dijo Josef Albers.

La escuela contaba con cinco posibles departamentos de especialización: diseño de producto, comunicación visual, arquitectura, información y cine.

La muestra que la sala madrileña José de la Mano dedica a Monika Buch puede verse hasta el 5 de abril y consta de piezas fechadas entre 1956 y 1958 que la valenciana elaboró, en buena medida, a partir de los postulados de Maldonado. Se trata de diseños de paquetería en los que trabajó la percepción figura/fondo a través de gradaciones que hacen vibrar el dibujo y que modifican nuestra visión de la profundidad, o piezas como Symmetrie, en la que combinó giros, cambios de escala o desplazamientos para dar lugar a nuevas formas, e intersecciones para producir la impresión de tridimensionalidad.

En Inexacto a través de lo exacto, jugó con el color y la superposición de figuras para dar lugar a percepciones contradictorias; también se inició en la topología a partir de axonometrías ortogonales y se adentró en la vertiente más dinámica de la geometría para convertir en complejos elementos sencillos generando movimiento en sus líneas rectas.

En definitiva, cada trabajo (de Buch y de cualquier alumno de la HfG en aquellos años) puede entenderse como una impresión visual que permite llegar a imágenes o soluciones nuevas: la selección de un color, una escala cromática, o la introducción del movimiento en una recta les permitían seguir creando formas no vistas.