TEST CONTENT.PHP

Pintura y Perceptrónica. El greco, Ignacio Gómez de Liaño y Guillermo Searle en la galería José de la Mano

Esta muestra saca a la luz un proyecto perdido durante más de tres décadas, rescatado por la galería José de la Mano: ‘Pintura y Perceptrónica. El Greco. Ignacio Gómez de Liaño y Guillermo Searle.

 

En 1970 Gómez de Liaño (Madrid, 1946) planteó en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid como tema de investigación la elaboración de una gramática capaz de generar y analizar los patios platerescos, modalidad arquitectónica característica de España que se desarrolla en la primera mitad del siglo XVI. Este proyecto tenía su base en estudios suyos relativos a la lingüística; y pensó que podría aplicar la teoría en que se basaban las gramáticas generativo-transformacionales a la pintura y, para llevar a cabo el plan de investigación, eligió el ‘Apostolado’ de El Greco. Su idea inicial era elaborar una gramática capaz de generar las 12 figuras de los Apóstoles y la del Salvador a partir de ciertas estructuras profundas de índole geométrico-cromática empleando para ello las transformaciones oportunas.

 

Su investigación tenía como objetivo determinar el momento en que las figuras de los Apóstoles y del Salvador dejan de ser reconocibles en el proceso, geométrico-matemáticamente regulado, de neutralizar la información contenida en la retícula cartesiana dentro de la cual se había inscrito cada figura. La parte informática de ese trabajo la realizó Guillermo Searle, que en ese momento estudiaba la carrera de Arquitectura y que aplicaría su idea relativa a los Apóstoles de El Greco a la ‘Maja desnuda’ de Goya. De este modo, vinieron a dar a luz la primera muestra de lo que muchos años después se llamaría ‘pixelización’, procedimiento utilizado después por los medios de comunicación visual cuando quieren hacer irreconocible una fisonomía. El interés específicamente estético de la investigación estaba en que, de alguna manera, los ‘Apóstoles’ pintados por El Greco, tan personales y espirituales, se transformaban en cuadros, tan impersonales y sin embargo también tan espirituales, de estilo Mondrian, si es que no en la pura abstracción de la geometría. O sea, en formas desprovistas de fisonomía e identidad apostólica aparente, pero dotadas de la armonía propia de las composiciones geométricas.

 

Este proyecto, que ya se mostró en varias ocasiones anteriormente, se presenta en la galería José de la Mano, Madrid, calle Zorrilla 21, hasta enero de 2017.