ENRIQUE SALAMANCA
01 Abr - 30 Jun 2014

PSEUDODIMENSIÓN Y MISTERIO: ENRIQUE SALAMANCA EN EL CENTRO DE CÁLCULO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID [CIRCA LOS AÑOS SETENTA] es el título de la muestra que presenta la galería José de la Mano. Se trata de una exposición de una veintena de obras, concentradas en el tiempo que el artista Enrique Salamanca (Cádiz, 1943) permaneció vinculado al Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid (CCUM), en torno a los años setenta.

Por primera vez se exponen los dibujos que el artista confeccionó con los ordenadores del CCUM, junto a ellos sus muy poco vistas esculturas realizadas en metacrilato, así como diversas obras lumínicas y cinéticas. La exposición se acompaña con música de Eduardo Polonio, evocando la colaboración de este creador del CCUM, en la exposición individual del artista en 1971.

La muestra se complementa con un catálogo (72 pp.), ilustrado con las obras de la exposición y texto del comisario invitado, Alfonso de la Torre. Disponible en la galería y en www.josedelamano.com.

La obra de Enrique Salamanca se encuentra en numerosas colecciones, públicas y privadas. Entre otras: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; Colección Huarte; Colección Pedro Serra; Colección Pilar Citoler; Fundación Juan March; IAACC Pablo Serrano; Museo de Bellas Artes de Bilbao o Museu d’Art Contemporani Vicente Aguilera Cerni.

Se trata sin duda de un proyecto que continúa la línea de trabajo que José de la Mano Galería de Arte viene realizando en la recuperación del legado de la abstracción geométrica y el arte cinético en España y Latinoamérica de mediados del siglo XX.

 

ENRIQUE SALAMANCA EN EL CENTRO DE CÁLCULO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID

Es sabido que, en el arte español, el final de los años sesenta era un espacio propicio para la reflexión en torno a la posibilidad de crear una nueva propuesta artística mediante el ordenador surgiendo el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid-CCUM, formalmente creado el 13 de enero de 1966, e inaugurado oficialmente en marzo de 1969. Enrique Salamanca se incorporó al “Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas” a partir de los dos últimos cursos, entre 1970 y finales de 1972, si bien su trabajo se hizo fundamentalmente concentrado entre el segundo semestre del primer año citado y la primavera de 1971.

De alguna forma, lo que estaba sucediendo en ese complejo tiempo del arte contemporáneo español, era una reacción ante la oleada abstracta que había tenido lugar desde finales de los años cincuenta, refrendada oficial e internacionalmente por numerosas exposiciones y la participación estatal en certámenes y bienales.

Salamanca participó en el CCUM en tres sesiones del citado “Seminario”.  En los últimos meses de 1970, mediante el programa “Fortran IV”, realizó dieciocho obras sobre papel mediante impresora, que se muestran por vez primera ahora en José de la Mano Galería de Arte: doce de ellas relativas al “Recorrido de la Banda de Moebius en el hexágono” y seis más en torno al asunto “Triángulo especular repetido”. Descartando el trazador o plotter para la ejecución  final, y optando por la impresión tradicional mediante impresora estampando así signos escriturales o caracteres que se reimprimían para obtener los distintos tonos de gris deseados.

El resultado fue audaz, pues además el trabajo obtenido por Salamanca, sus buscados supersignos o signos con conciencia, tenía un deje extraterritorial, alejándose del mundo del corsé modular o de los principios combinatorios o permutacionales usuales en el arte cibernético para llegar, en su empeño, a obtener un aire de distinción en lo creado, con una cierta liberación en sus secuencias sígnicas que tenían además un propósito cinético en su conjunto, al ser concebidas de forma serial, narrativamente, esto es, implantando sucesos espaciales en las obras -sensaciones de espacio, luz y tiempo, que señalara el artista- y que escapaban de la reiteración de patrones formales que pareciere consecuencia lógica del trabajo propuesto con ordenador. De la satisfacción obtenida puede dar buena cuenta la muestra pública de estos dibujos a partir de su realización y conclusión en los primeros meses de 1971, siendo la portada del catálogo de su individual en Madrid, como también cubierta de una publicación colectiva. Salamanca participó en dos exposiciones vinculadas a la actividad del CCUM, celebradas el mismo año en Madrid: “The computer assisted art” y “Formas computadas”. En el primero de los catálogos, hecho en colaboración con IBM, se reproducía la secuencia de las doce obras del CCUM y señalaba el artista la búsqueda de lo que llamó una “pseudodimensión”, analizando las diversas posibilidades que generaba su indagación en torno a la llamada cinta o anillo de Moebius.

En el catálogo de “Formas computadas”, celebrada en el Ateneo de Madrid (1971), con cubierta ilustrada con los trabajos de Salamanca en el CCUM, Florentino Briones, primer director de este Centro, escribía que era un artista “al que le preocupa la tercera dimensión (…). Sus cuadros están llenos de las sugerencias que le provocan las torsiones espaciales de una cinta de Moebius, superficie de una sola cara y un solo borde. Proyectada la cinta sobre un plano, y fijada una trayectoria sobre ella, hace deslizar figuras geométricas formadas por triángulos equiláteros. Como consecuencia de la combinación de la cinta base deslizante y torsiones simuladas, aparece, según Salamanca, una pseudodimensión que aumenta notablemente la intensidad de la perspectiva (…) no trabaja con el trazador (aunque algunos tienen intención de hacerlo) sino que los ‘apuntes’ para su obra se los proporciona la impresora del ordenador. La impresora escribe 600 líneas de 132 caracteres en 1 minuto. Como en una página (con una media de 50 líneas) cabe un ‘apunte’ quiere decirse que la impresora puede producir más de 12 apuntes por minuto. Más de 700 por hora. Se comprende que, aunque menos perfectos que los producidos por el trazador, la posibilidad de producir gran cantidad de ellos en muy poco tiempo, les proporciona un enorme interés”. Poco después uno de esos trabajos sobre papel realizados en el CCUM era también la cubierta del catálogo de la exposición individual, junio de 1971, en las salas de la Dirección General de Bellas Artes, donde escribía Ramón Eleta, su analista-programador en dicho CCUM, evocando la colaboración con Enrique Salamanca.

Su trabajo en el CCUM había tenido un prólogo geométrico realizando pinturas acrílicas sobre lienzo, y también obras en las que utilizaba plásticos, tras visitar museos parisinos en 1968 y encontrar las obras de Lazslo Moholy-Nagy, Francisco Sobrino, Jesús Rafael Soto o Georges Vantongerloo con este material.

Era la indagación en torno a un arte que incorporara también los efectos lumínicos y el uso del neón, ese otro material-inmaterial que para Enrique Salamanca suponía una forma nueva de incorporarse al arte de su tiempo, desde la luz promisoria de los avances técnicos.

Los plásticos y plexiglás, utilizados por Enrique Salamanca, tanto en pinturas como en esculturas que podían girar sobre su eje, como se muestra en José de la Mano Galería de Arte, evocaban “unas estructuras como de aire” y la exposición de 1971 se ambientaba con música de Eduardo Polonio, un músico que había colaborado con el CCUM, buscando esa suerte de indagación en torno al ambiente total que suponía el encuentro entre formas musicales y visuales que inexorablemente le conducirían a la indagación en torno a los llamados ambientes, incorporando luz, movimiento y referencias táctiles, proponiendo al espectador el encuentro físico con su obra, eso que él definió como “Modalidades cinético-lumínicas” y que no era otra cosa que la declaración de su interés por la llamada, en ese tiempo de cariz revolucionario, “obra abierta”. Así, la presencia de rotores en ciertas obras de esa época es fundamental para comprender la creación de Enrique Salamanca.

Tras la realización de estudios previos, en la conjunción de elementos diversos, debe destacarse, por el verdadero aspecto “ambiental”, traspasable y posible de sumergirse en la experiencia que promueve su título, el “Ambiente de participación táctil-sonoro” (1973, Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), cuya maqueta se muestra en José de la Mano Galería de Arte.

Es en ese mismo sentido, en el de indagación de nuevas posibilidades estéticas, merecen citarse sus experiencias lumínicas, esculturas de aluminio, plexiglás o cajas de luz u otras piezas plásticas “de pared” o esculturas de carácter cinético, realizadas en 1971.