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García Miranda. Un argentino silenciado del GRAV (1959-1966)

La Galería José de la Mano presenta por primera vez en Madrid la fundación en julio de 1960 en París, GRAV, siglas de Groupe de Recherche d’Art visual GRAV (Grupo de investigación de Arte Visual), a través del artista argentino Héctor García Miranda (Buenos Aires, 1930 – París, 2018) fundador junto con otros cinco artistas afincados en París deciden fundar el GRAV. Su objetivo: crear un grupo de investigación que trabaje libre de toda presión estética social y económica Así fue como Julio le Parc, François Morellet, Jean-Pierre Yvaral (hijo de Víctor Vasarely), Francisco Sobrino, Horacio García Rossi y Hector García Miranda. Desarrollaron una producción cimentada sobre una base teórico geométrica. Sus trabajos fueron transversales al estudio de la luz, los colores y el movimiento, dando lugar a obras enmarcadas en la corriente del Op-art y el Arte Cinético. De estos artistas, dos de ellos, sí son bien conocidos para nosotros como es  el español Francisco Sobrino (Guadalajara, 1932 – Berny, Francia, 2014) Museo Francisco Sobrino (Guadalajara), y el argentino Julio Le Parc (Mendoza, Argentina, 1928) incluido en la exposición que en la actualidad se puede ver en el Museo Nacional Reina Sofía: “París pese a todo. Artistas extranjeros 1944-1968”.

García Miranda se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Belgrano de Buenos Aires, donde fue profesor de diseño y grabado hasta que se trasladó  a París en 1959. Su obra participó en diferentes exposiciones colectivas organizadas en el Museo de Córdoba y en las galerías Peuser y Pizarro, entre otras. Fue seleccionado por Argentina para exponer en la Bienal de São Paulo en Brasil en 1957, ese mismo año recibió La Medalla de Oro en el Salón de Otoño de San Fernando.

Ya en París en 1959, García Miranda tomó clases con uno de los grabadores más importantes del siglo XX, el británico Stanley William Hayter (Londres, 1901 – París, 1988), conocido por ser creador de la técnica Hayter, que supuso una importante innovación  en la estampación a color. Fue seleccionado ese mismo año para debutar en la sección argentina de la Primera Bienal Internacional de París, en la que la presencia latinoamericana (representada por diez países: Argentina, Brasil, Chile, Perú, Venezuela, Cuba, Guatemala, México, Nicaragua y El Salvador) despertó un gran interés entre el público y la crítica. Sus obras ya denotaban un marcado interés por la abstracción geométrica y la influencia  de Vasarely. De esta época pueden contemplarse en la exposición dos piezas realizadas en acrílico sobre tabla  y otras dos con gouache sobre cartulina.

Unos mese más tarde, en 1960, nació GRAV de la mano de los ya citados Le Parc, Morellet, Yvaral, Sobrino, García Rossi y García Miranda, a los que posteriormente se sumarían Hugo Demarco Joël Stein. Concibieron el fenómeno artístico  como “una experiencia estrictamente visual situado en el plano de una precepción filosófica y no emocional. Nuestras experiencias aún pueden tener un aspecto tradicional (pintura, escultura, relieves), pero no situamos la realidad plástica  en la relación o en la emoción, sino en la relación constante que existe entre el objeto plástico y el ojo humano”. Para ellos la forma era “un elemento anónimo distribuido en la superficie”, ya que buscaban que la relación entre los elementos fuera homogénea para poder crear “estructuras inestables que solo se perciben en el campo de la visión periférica” y generar así “un movimiento virtual”. Concebían sus obras como “un despliegue inmutable de una situación dada, como una proposición en los diversos arreglos que generan una infinidad de posibles situaciones visuales”.

Estas declaraciones forman parte del Manifiesto GRAV, que editó la galería Denise René con motivo de la colectiva titulada El Movimiento, que realizaron en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo en 1961. El grupo ya había expuesto fuera de las fronteras francesas el año anterior, en la Galería Latinoamérica en Bruselas. Además, los artistas de nacionalidad argentina ya habían participado en la exposición que el Museo Dizengoff de Tel-Aviv (Israel) dedicado a veintidós jóvenes pintores argentinos, entre los que figuraban García Miranda, Le Parc y García Rossi, volviendo a coincidir en 1962,  en la exposición 30 argentinos de la Nueva generación celebrada en la Galería Creuce de París.

Un acontecimiento de gran relevancia en la trayectoria de los miembros del GRAV fue participar en la exposición Nouvelle Tendance, gracias a la cual pudieron mostrar sus obras en el Pabellón  Marsan del Palacio del Louvre, el ala donde se emplaza el Museo de las Artes Decorativas de París. La selección estaba integrada también por obras de otros colectivos, como los italianos Grupo N y Grupo T o el español Equipo Crónica. En esta muestra García Miranda destacó por sus piezas formadas por estructuras geométricas de cartón corrugado. También fue muy significativa para la difusión de su obra la exposición inaugurada en el Museo de Arte Moderno de París en verano de 1965, que reunió a los artistas latinoamericanos más importantes próximos a la llamada Escuela de París. La crítica alabó su buen gusto y elegancia a la hora de hacer uso de los efectos de la óptica para crear las formas geométricas de sus composiciones.

De este periodo se puede disfrutar en la exposición de obras realizadas en acrílico sobre distintos soportes (lienzo, tabla  y táblex),  así como collage sobre tabla y un guache sobre cartón. Esta última pieza fue diseñada en 1966, año en el que el artista decidió romper con el GRAV, que finalmente acabaría por disolverse en 1968.

GARCIA MIRANDA (1959-1966). Un argentino silenciado del GRAV, está integrada por un total de trece obras, datadas entre 1959 y 1966, que permiten aproximarnos a la etapa de producción geométrica más intensa del artista. Impecable abstracción geométrica. 

© Mariví Otero. 2019.

Manuel Otero Rodríguez